jueves, 28 de junio de 2012

HAMBRE de Sagrario Hernández.




 


LECTURA de ROSA IGLESIAS
 




HAMBRE





Bocas ávidas, hambrientas de pezones
oscuros: manantiales de vida.
Bocas. Miles, millones de pequeñas bocas
desdentadas, tiernas, luctuosas
ya en el primer albor de una sonrisa.
Bocas que no serán besadas
jamás por otras bocas,
que no pronunciarán
un nombre con dulzura,
que no repetirán la melodía
ancestral de su pueblo.
Bocas que no resistirán la primavera
porque habrán sucumbido
-inocentes-
antes de que un derecho,
natural y preciso,
las rescate en el tiempo.
Bocas aferrándose al llanto
como único recurso de alimento,
como único repudio del olvido;
porque no habrá otras bocas
que afirmen su existencia
trazándoles senderos de esperanza
por donde acuda un sueño
-sin dolor y sin moscas-
hasta la desazón de sus entrañas.
Bocas que son aniquiladas
ya antes del esbozo:
en el envite último del vientre
o en el primer aliento de un gemido.
Bocas que no llegan a ser ni tan siquiera
un número estadístico en un oscuro
archivo de oficina.
Bocas por las que llora el alma
de un escaso destino atormentado,
por las que gritan dioses
-pequeños, taciturnos-
sin poder y sin gloria.
Bocas que mueren sin saber
que hay un granero inmenso
para todas las bocas,
pero absurdo e inútil
cuando niega la mano
un puñado de vida
a aquellas que no cuadran el balance
que exige la lujuria;
más y sobre todo si esta
al extender su brazo,
asfixia hasta la luz del horizonte.
Bocas donde el labio es frontera
de un dolor injusto, terrible, innecesario.
Bocas que serán alimento
del cuervo o el gusano
antes de que tal vez la leche-madre
las haya humedecido.
Bocas, bocas, bocas, millones
de bocas invisibles
para el dormido ojo
del poder sin conciencia.
Bocas que no podrán
siquiera acusar sin palabras
a esas otras bocas
que las han condenado,
desde sus altas miras financieras,
a dormir en las fauces
de una muerte indigna.


Sagrario Hernández

(1er premio del XXIV Certámen Poético “Federico García Lorca”
del Centro Cultural del mismo nombre en Barcelona. 18 junio 2005.)


Música de Eleni Karaindrou


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un lujo Rosi, un auténtico lujo tenerte de amiga. Mil gracias por darle cobijo a este Hambre, en tu hermosa casa de versos. Mi abrazo enorme.

Sago.

Rosa Iglesias dijo...

Lujo es haber leído este magnífico poema , Sagrario, y de igual modo tenerte como amiga y como compañera de versos.
"Poesía necesaría como el pan de cada día ...", así son estas letras tuyas que, aún llamándose Hambre, son Pan...

Un abrazo inmenso y bienvenida a tu casa, poeta

Rosi